El oro de inversión es la calificación legal de productos de oro y plata que cumple ciertos requisitos establecidos de pureza, formato y peso. Hay dos categorías: monedas y lingotes. Para las monedas la pureza del oro debe ser 22 quilates o superior, y para los lingotes, de al menos 995 milésimas. Los productos de oro de inversión están exentos de IVA.
La plata de inversión sigue similares requisitos pero en España está sujeta al 21% de IVA.
En general lo mejor es diversificar, comprar ambos, oro y plata. Pero es cierto que depende de la cantidad de dinero que vaya a considerar invertir.
Si la cifra es muy grande la mayor parte será en oro por una cuestión de peso, por ejemplo: 1 millón de euros equivale aproximadamente a algo menos de 30 kilos de oro, pero la misma cantidad de dinero en plata pesaría más de 2000 kilogramos.
Si la cifra es pequeña, por ejemplo alguien que ahorra 50 euros al mes, es más razonable comprar 2 onzas de plata que 1 gramo de oro, aunque se pague el IVA de la plata, puesto que al ser la pieza de oro tan pequeña el precio por gramo sale más caro, incluso más que el 21% del IVA de la plata.
El oro es un mercado mucho más grande que el de la plata. Esa es la razón de que la plata sea más volátil, con subidas y bajadas de precio más acentuadas que en el oro, pero tiene más potencial para subir de precio porque el inventario de plata producido en las minas se va consumiendo a ritmo creciente en nuevos usos industriales: energías renovables, dispositivos electrónicos, etc.
El valor intrínseco del oro y la plata está en la cantidad de metal, su peso.
Hasta una onza de peso la norma es que, a igualdad de peso, las monedas sean algo más baratas que los lingotes, y que para productos con más valor sea más económico el lingote.
La causa es la diferencia en los procesos de fabricación de monedas y lingotes. Mientras que los lingotes han de ser mecanizados o troquelados con un número de serie diferente en cada unidad, las monedas son réplicas exactas de un molde único, lo que simplifica mucho el proceso de fabricación.
El oro no es una inversión al huso. No produce rentas ni paga dividendos.
El oro es un seguro contra lo inevitable: la destrucción del valor del dinero de curso legal.
Desde 1913 cuando se creó el Banco de la Reserva Federal en Estados Unidos, el dólar ha perdido un 98% de su valor frente al oro. En los próximos 5 a 10 años perderá buena parte de su valor actual. A la par que todas las monedas fiduciarias del mundo.
No hay una manera que sea la mejor: cada uno tiene que decidir cual es su mejor opción. Para ello hay que tener en cuenta algunos factores:
Cuanto mayores los productos más económicos de precio en relación a su peso: su precio por gramo es menor.
Cuanto menores los productos más fácil su venta o utilización como método de pago.
En cada país la legislación para controlar los movimientos de dinero va reduciendo la cifra límite que se puede operar sin control bancario. Actualmente en España son 2500 euros. Un lingote de 50 gramos de oro que hoy puede costar algo menos de 2000 euros, puede superar fácilmente los 2500 euros en los próximos 12 meses. Si necesitamos esa facilidad para vender el oro en el futuro entonces serían más apropiadas piezas más pequeñas, por ejemplo de 10 o 20 gramos.
El valor del oro no ha cambiado a lo largo de la historia, lo que cambia es su precio, su cotización.
La razón es que el precio del oro se fija en dólares, que es una moneda fiduciaria, en mercados dominados por un pequeño número de gigantes bancarios.
Las monedas fiduciarias (las habituales de curso legal) se crean a voluntad, sin coste material: cuesta lo mismo crear 1 millón que 1.000 millones, es una orden en un teclado de ordenador.
El valor de las monedas fiduciarias está desconectado de la realidad de la economía, es totalmente aparente.
El precio permite comparar el valor de los bienes para el comercio. Así podemos evaluar si un bien es caro o barato, comparando con otros bienes que pueden adquirirse por ese mismo precio.
El precio se fija principalmente en Londres y en Nueva York, en dólares. Son mercados principalmente financieros, es decir, tan solo el 2% de las transacciones conllevan la entrega física de oro.
Cada fabricante tiene su propia lista de precios de sus productos. Los costes de transporte y logística, así como los márgenes comerciales de mayoristas y minoristas dan cuenta de esas diferencias de precio.
Pero a igualdad de peso, aunque el precio sea diferente, el valor es el mismo.
El oro está libre de IVA a la compra.
A la venta hay que declarar como ingresos de rentas del capital la plusvalía, precio de venta menos precio de compra.
Si las compras de oro en una tienda no supera los 3005 euros en el año fiscal, Hacienda no tiene constancia.
Si las compras de oro en una tienda no superan los 3.005 euros en el año fiscal (por persona), Hacienda no tiene constancia.
Por lo demás, la compra de oro es como la compra de cualquier otro bien material: puede repartirse entre los hijos, puede donarse, extraviarse, perderse, etc. Así que uno puede declararlo, o no, como patrimonio: no está obligado.
Lo más importante para la seguridad de tu oro son dos factores:
1 – Tener acceso directo al oro, sin intermediarios.
2 – Que nadie sepa que lo tienes, salvo una o dos personas de absoluta confianza (familiar cercano, padre, hermano, etc.)
En cuanto al propio almacenamiento hay que saber que el oro es indestructible. Lo habitual es contar con una caja fuerte fija al suelo o la pared en el propio domicilio, pero en caso de no disponer de ella se puede guardar escondido en cualquier lugar.
Sí.
También puedes utilizarlo para pagar deudas, para repartirlo entre los hijos, para lo que se te ocurra, sin dar explicaciones.
El oro no está sujeto al IVA, y la plata ya lleva el IVA incluido en el precio mostrado.
Lo único que habría que añadir es el coste del transporte del pedido si hay que enviarlo. Si vienes a recoger el pedido a nuestra tienda en Valencia los precios son finales.
El pedido tendrá que haber sido pagado al completo para poder retirar la mercancía.